20 Dic España se calienta
CAMBIO CLIMÁTICO
España se calienta
La temperatura media anual en España ha aumentado 0,60ºC en promedio en todo el territorio nacional. Este cambio climático entre dos periodos, 1971-1990 y 1999-2018, resulta de la evaluación con mayor resolución espacial hecha nunca en España. No es fruto de un simple promedio de las diferencias de medidas registradas en estaciones meteorológicas. Es una variación resultante de una modelización estadística espacialmente explícita avanzada producida en el proyecto de investigación CLIMVAC, subvencionado por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), y que cuenta con apoyo de entidades tan importantes como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) o la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), entre otras. Los autores describen que el cambio observado es notable pero heterogéneo, menor de 0,50ºC en algunas Comunidades Autónomas del norte de la Península, y superior a 0,80ºC en Cataluña o Baleares. Los modelos realizados permiten estimar, además, una tendencia significativa de incremento de 0,27ºC por década en la temperatura media anual del conjunto de España.
El cambio climático es inequívoco. Así lo afirman las conclusiones del V informe del Panel Intergubernamental de expertos para el Cambio Climático (IPCC). España es, además, uno de los países de la región mediterránea más vulnerables a sus efectos. El proyecto CLIMVAC de la Fundación Matrix,realizado con la colaboración de la Universidad de Vigo y la Universidad Complutense de Madrid, contribuye a evaluar el cambio climático reciente en España, su variabilidad y la vulnerabilidad territorial. Un mejor conocimiento sobre los procesos que describen el cambio climático, su magnitud e impactos geoespaciales son fundamentales para desarrollar las mejores estrategias de adaptación.
La cuenca mediterránea, por su situación entre dos continentes de caracteres contrastados, y el mar Mediterráneo por sus peculiaridades térmicas y el hecho de ser un mar interior, se ha convertido en uno de los “puntos calientes” de la crisis climática. España, por su condición mediterránea predominante, es uno de los países más vulnerables al cambio climático de Europa.
La Cumbre Mundial del Clima COP25, celebrada en Madrid entre los días 2 y 13 de diciembre de 2019, ha puesto de manifiesto la dificultad de llegar a acuerdos a nivel internacional sobre un tema de trascendental importancia para la sociedad. Aunque la palabra ambición era la más escuchada en la apertura de la Cumbre, las expectativas fueron disminuyendo a medida que avanzaban las jornadas y la posibilidad de un acuerdo marco internacional de actuación se veía cada vez más lejos. El resultado evidencia el fracaso de la comunidad internacional en la toma de decisiones respecto a la crisis climática global, si bien todavía hay esperanzas, pues se han sentado las bases para un futuro acuerdo el año próximo, antes de la Cumbre del Clima de Glasgow COP26, donde se espera que los países aumenten sus compromisos de reducción de emisiones de CO2. La comunidad científica insiste en la necesidad de actuar cuanto antes para evitar repercusiones desastrosas a nivel global. Estamos en una situación de emergencia climática. No solo tendremos un clima más cálido, sino también una subida del nivel del mar que amenazará a millones de personas, o un aumento en la frecuencia de olas de calor, todos ellos son ejemplos de los costes que tendrá que asumir la sociedad en los años venideros.
INTERACTIVO – Visor cartográfico: visualizar el mapa pulsando el botón de pantalla completa
Alta resolución espacial
La mejor herramienta para cuantificar y evaluar geoespacialmente la magnitud de los cambios producidos en la temperatura es una cartografía de alta resolución actual. Mediante técnicas avanzadas de modelización estadística y espacial, que suponen una considerable mejora cuantitativa y cualitativa sobre resultados previos, se ha elaborado una cartografía innovadora del cambio climático reciente en España con una resolución espacial de 100×100 m. Para ello se han utilizado modelos de regresión lineal multivariante que explican el 83% de la variabilidad espacial en la temperatura media anual del aire, basados en datos de varios cientos de estaciones meteorológicas de la AEMET, y una técnica denominada kriging universal.
Se ha evaluado el comportamiento de la temperatura media anual en dos periodos temporales de 20 años. El primero es 1971-1990 y representa el periodo de referencia; el segundo, 1999-2018, es el periodo más reciente con datos disponibles. Ambos son lo suficientemente extensos como para estimar la media de esta variable siguiendo las recomendaciones de la Organización Meteorológica Mundial.
El mapa del visor cartográfico, que es una potente herramienta de divulgación del cambio climático, representa la diferencia o cambio absoluto en los valores promedio de la temperatura media anual de los periodos estudiados. El resultado principal se resume en que toda España se calienta. Puede afirmarse que existe un incremento generalizado de la temperatura media anual y que afecta al 100% del territorio español, incluidas las islas Canarias. El promedio espacial del cambio de la temperatura media es 0,60ºC, con un intervalo de confianza al 95% entre 0,29ºC y 0,89ºC. Confirma que el cambio climático es una realidad muy seria en España que no debe pasar desapercibida. No es solo un cambio esperado futuro.
Los cambios observados no son homogéneos. Existen contrastes geoespaciales según las diferentes zonas climáticas de España. Así, las áreas de clima eminentemente oceánico, como la fachada atlántica gallega o el Cantábrico occidental, experimentan las menores variaciones, con un aumento entre periodos entre 0,2ºC y 0,5ºC. A medida que nos adentramos en el interior peninsular, y especialmente hacia la mitad este del país, se acentúa este incremento térmico. Es en los sectores de climas con influencia mediterránea donde la temperatura muestra los mayores incrementos, superando el valor de 1ºC de diferencia entre los periodos considerados en algunas áreas. El 30% del territorio español acusa un incremento térmico superior a 0,8ºC.
Si se evalúan estos cambios por Comunidades Autónomas (CCAA), queda patente esta realidad (Figura 1). Las CCAA atlánticas son las que experimentan un menor incremento promedio en su territorio, como el incremento de 0,33ºC en Galicia o de 0,40ºC en Asturias. Hacia el interior, el sur y el Levante peninsular los incrementos son más relevantes: de 0,57ºC en Castilla y León, 0,68ºC en la Comunidad de Madrid y 0,78ºC en Andalucía. Los cambios de mayor envergadura corresponden al área mediterránea, destacando Cataluña (0,85ºC), Comunidad Valenciana (0,87ºC) y, especialmente, Baleares (0,99ºC). Casi 19 millones de habitantes residen en España en áreas con un incremento superior a 0,8ºC.
Navegando en el visor puede consultarse también el cambio producido entre periodos en cada término municipal. Así, por ejemplo, municipios de áreas con un clima oceánico como Vigo o A Coruña han experimentado un incremento térmico de 0,29ºC y 0,23ºC, respectivamente. Por el contrario, municipios de la costa levantina y del sur peninsular presentan los cambios más relevantes, como por ejemplo Barcelona (0,86ºC), Valencia (0,84ºC) o Cartagena (0,90ºC). Mahón es el municipio con más incremento térmico (1,01ºC)
En conjunto, detectamos un marcado patrón de aumento de temperatura a medida que disminuye la latitud y en sentido noroeste-sureste, confirmándose el área del Levante peninsular y las zonas montañosas próximas al Mediterráneo como los sectores con un mayor incremento térmico. El mar Mediterráneo, a diferencia del océano Atlántico, es un mar interior que presenta características térmicas particulares. Investigaciones del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, han concluido que su temperatura superficial ha aumentado 0,33ºC por década desde 1983. Dada su capacidad termorreguladora, un mar Mediterráneo más caliente ya está produciendo repercusiones sobre la temperatura media de la región. La cartografía elaborada evidencia esta influencia, existiendo un contraste notable en el cambio producido entre la costa atlántica y la mediterránea.
Tendencia de la temperatura media anual de 1971 a 2018
La temperatura media anual muestra una tendencia significativa de incremento gradual en la serie histórica considerada, que abarca un total de 48 años (desde 1971 hasta 2018, ambos incluidos; Figura 2). El ritmo de incremento promedio en el conjunto del territorio nacional es de 0,27ºC por década, con un intervalo de confianza al 95% entre 0,18ºC y 0,35ºC. De seguir este mismo ritmo de aumento hasta final de siglo, el promedio espacial del incremento será de 2,21ºC para el conjunto del país, lo que ocasionará enormes impactos sobre los ecosistemas, los recursos naturales y la sociedad.
El incremento térmico fue especialmente significativo durante los 10 primeros años de la serie, cuando se alcanzó un incremento promedio de 0,70ºC por década. Este cambio se atenúa en las décadas posteriores debido a la presencia de años fríos como 1984 o 1993, pero vuelve a acelerarse en la década más reciente, con un incremento promedio de 0,40ºC.
La Figura 3 muestra las anomalías térmicas anuales, es decir, la desviación de la temperatura de cada año respecto al promedio de la temperatura media anual del periodo 1971-2018. Se observa una tendencia creciente en la frecuencia de anomalías positivas, es decir, años más cálidos que la media, acentuándose especialmente a partir de la década de los ochenta.
Desde este momento, las anomalías positivas predominan sobre las negativas, a excepción de años puntuales como 1984 y 1993, con anomalías negativas, de –0,78ºC y –0,85ºC, respectivamente. Durante la década de los noventa se confirma el incremento de la temperatura media anual del conjunto del país, destacando años como 1995 con 0,66ºC o 1997 con 0,72ºC por encima de la media de la serie histórica. Desde mediados de esta serie se generalizan las anomalías positivas, que se extienden, salvo excepciones puntuales, hasta el presente. Destacan años como 2006 y 2009 con 0,72ºC, y 2011 con 0,76ºC.
Desde el año 2014 se han encadenado cinco años consecutivos de anomalías positivas por primera vez en la serie histórica, siendo el año 2017 el más cálido del periodo estudiado, con una anomalía positiva de 0,90ºC.
Más noches tropicales
Aunque la variación en la temperatura media anual es un indicador tradicional de cambio climático, es conveniente atender a otras variables extremas, como la temperatura mínima. Para conocer su comportamiento se ha realizado un estudio de la frecuencia de las denominadas “noches tropicales”, que son aquéllas en las que la temperatura mínima no desciende de 20ºC.
El mapa de cambio en la frecuencia anual de noches tropicales entre 1971-1990 y 1999-2018 (ver visor), muestra que la práctica totalidad del territorio nacional ha experimentado un aumento del número de días con temperatura mínima superior a 20ºC. Esto indica que las noches cálidas son cada vez más frecuentes en España. Sin duda en la mitad sur del país, y especialmente en el Levante mediterráneo, aparece el mayor incremento en la frecuencia de noches tropicales. También el mar Mediterráneo es el factor condicionante de este cambio climático, pues un mar más caliente influye de manera decisiva sobre las temperaturas mínimas de la región.
Destaca también la influencia del ambiente urbano sobre las temperaturas, el conocido efecto “isla de calor”. Se denomina así a la diferencia de temperatura de un área urbana respecto a las áreas rurales circundantes. Esto se debe fundamentalmente a la mayor capacidad de retención de calor de las áreas asfaltadas y con edificios (menor albedo), así como al uso de instalaciones eléctricas de refrigeración (aire acondicionado) o calefacción. Como resultado, la temperatura en las zonas urbanas suele ser mayor que en las áreas rurales, y en los casos más extremos, pueden aparecer diferencias de hasta 10ºC.
Ejemplos de un aumento del número de noches tropicales en zonas urbanas lo encontramos en Barcelona, con un aumento promedio en la frecuencia de dichos eventos de 17 días al año entre 1971-1990 y 1999-2018. Sin embargo, en áreas limítrofes a estas áreas metropolitanas los incrementos son menores. Es el caso de Mataró, al norte de Barcelona, o Sitges al sur, ambas con un incremento de 14 días. En la Comunidad Autónoma de Madrid se ha observado un patrón similar: mientras en el centro de la capital el aumento es de 10 días al año, en municipios como Alcobendas o Torrejón de Ardoz el incremento es de ocho días.
Fuera de zonas urbanas destacan los cambios producidos en el Golfo de Valencia, la costa alicantina y las islas Pitiusas, donde la frecuencia de eventos aumenta entre 20 y 26 días al año entre los periodos estudiados, siendo el Levante peninsular y Baleares las áreas con mayores incrementos.
Un futuro lleno de incertidumbres
El presente artículo da a conocer las dimensiones del fenómeno del calentamiento global en España, así como la variabilidad geográfica de su magnitud. Toda política orientada a la adaptación es más eficaz con un conocimiento espacial detallado del cambio climático y sus diferencias territoriales.
Como se ha mencionado, España es uno de los países más vulnerables al cambio climático de la región mediterránea. Por ello es necesario investigar y profundizar sobre sus dimensiones y evaluar el impacto en las diferentes regiones. El fin último del proyecto CLIMVAC es ayudar al desarrollo de estrategias y políticas públicas efectivas encaminadas a la adaptación.
Son muchos los retos que quedan por delante. Por ello la Fundación Matrix seguirá contribuyendo a un mejor conocimiento de un fenómeno de transcendental importancia y sus consecuencias para el conjunto de la sociedad. El cambio climático es un hecho irrefutable, así opina el 93,6% de la población española. El calentamiento global tendrá, muy probablemente, efectos irreversibles en los ecosistemas y su biodiversidad, la oferta de recursos hídricos, la producción de alimentos y la salud humana. Es probable que los eventos extremos aumenten su frecuencia, como olas de calor, precipitaciones torrenciales o tormentas más severas. Son eventos de alto impacto que en algunos casos acarrean enormes pérdidas económicas, pero sobre todo costes humanos. La investigación aplicada sobre el cambio climático es una herramienta crucial para identificar la vulnerabilidad de territorios y poblaciones, y para planificar una estrategia de prevención para mitigar los impactos de un fenómeno que ya es una realidad.
Mtr. Alberto González, Gdo. David Pérez, Mtr. Juan Carlos Hernández y Dr. Enrique Ruiz-Labrador, Investigadores de la Fundación Matrix
Dr. Javier Montalvo, Profesor de Ecología de la Universidad de Vigo y Director de la Fundación Matrix
Artículo divulgativo del Proyecto CLIMVAC, que forma parte del Programa PIET, subvencionado por el Ministerio para la Transición Ecológica. Está realizado por la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible en colaboración con la Universidad de Vigo y la Universidad Complutense de Madrid.
Sin Comentarios