02 Dic Por qué y cómo descarbonizar los municipios
CAMBIO CLIMÁTICO
Por qué y cómo descarbonizar los municipios
Es necesario actuar a nivel municipal para reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI). En una situación de emergencia climática, disponer de un inventario local de emisiones actualizado es necesario para la evaluación y seguimiento de la eficacia de las actuaciones locales de mitigación del cambio climático. Se comparan las emisiones locales difusas del transporte y de edificaciones procedentes de inventarios municipales y de estimaciones basadas en el inventario nacional. Se confirma la fiabilidad del método de estimación de la huella de carbono municipal aplicado por la Fundación Matrix en el proyecto de investigación IMPACTSIG, realizado con la colaboración de la Universidad de Vigo, apoyado por la Oficina Española de Cambio Climático y cofinanciado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). Se explica la variabilidad de las emisiones entre municipios y se justifica la importancia de las actuaciones para recortar las emisiones en este ámbito de gestión. Mediante ejemplos, se ilustran actuaciones viables para mitigar el cambio climático de distintos municipios con la finalidad de concienciar a la Administraciones locales y a la sociedad.
Reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI) derivados de actividades humanas es imprescindible para mitigar el cambio climático. La Unión Europea propone la ambiciosa reducción de al menos un 55% en 2030 respecto a las de 1990. Durante la Conferencia de las Partes número 26 (COP 26) de Glasgow, celebrada en noviembre de 2021, la Cumbre Anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, ha quedado claro un mensaje: necesitamos más ambición y rapidez para reducir las emisiones de GEI.
Naciones Unidas considera necesario recortar un 45% las emisiones de GEI antes de 2030 y suprimirlas en 2050 para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC a finales de siglo. Esto implicaría una reducción anual mundial de la huella de carbono de 1.500 millones de toneladas de CO2-eq (equivalente de CO2). CO2-eq expresa la suma de la cantidad de CO2 y del efecto de otros GEI diferentes considerando su potencial de calentamiento global.
Miles de gobiernos locales ya están comprometidos con objetivos en materia de clima y energía de la Unión Europea. Por eso el Pacto de las Alcaldías impulsa la descarbonización. Un total de 2.803 municipios españoles, con una población de más de 38 millones de habitantes, se han adherido a esta iniciativa que pretende reducir su huella de carbono, recortando el 40% las emisiones GEI en su territorio de actuación para 2030.
Los municipios firmantes del Pacto tienen un plazo de dos años para presentar su Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES). Este documento incluye un inventario local de emisiones de GEI y plasma las acciones que pretenden llevar a cabo, además de una evaluación de la vulnerabilidad y riesgos climáticos a nivel local.
La Fundación Matrix cuenta con experiencia en estimación de la huella de carbono municipal, clima, cambio climático y riesgos asociados, y sensibilización social. Apoya a la Administración local en sus planes de mitigación de emisiones y de adaptación al cambio climático.
Vista panorámica del centro de Madrid (agosto 2020).
Por qué descarbonizar los municipios
La descarbonización energética consiste en reducir la huella de carbono por uso de combustibles fósiles. La Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050 del MITERD, aprobada a finales de 2020, prevé una reducción del 98% de las emisiones del transporte y del 100% de las emisiones del sector RCI en 2050 respecto a 1990. En 2050 España aspira a reducir el 90% de la huella de carbono de 1990.
Una política municipal eficaz de descarbonización debe, en primer lugar, cuantificar y planear actuaciones para recortar las emisiones de GEI del transporte y generadas por el consumo energético en edificios de uso residencial, comercial e institucional (sector RCI), entre otras actividades. Conocer la huella de carbono municipal es fundamental para la evaluación y seguimiento de las actuaciones para mitigar el cambio climático.
¿Por qué descarbonizar los municipios? Porque los municipios desempeñan una posición clave en la lucha contra el cambio climático y tienen competencias para reducir las emisiones en el territorio municipal en varios ámbitos de gestión, destacando el transporte y el uso de energía fósil en los edificios.
Las emisiones anuales de GEI del transporte en España superan las 90 megatoneladas (Mt) de CO2-eq (1 Mt = un millón de toneladas), alrededor de un tercio de la huella de carbono nacional en 2019. El transporte por carretera es el principal responsable (93% del total de emisiones del transporte).
Las emisiones directas del sector RCI proceden del uso de combustibles fósiles (gas natural, propano, butano, gasóleo, carbón) en viviendas unifamiliares, bloques de pisos, comercios, restaurantes, oficinas, hospitales, centros educativos y otros edificios de las Administraciones Públicas. Entre el 40% y el 70% del consumo energético para calefacción, agua caliente sanitaria y cocina en España procede de combustibles fósiles. El sector RCI representa el 8% de la huella de carbono nacional, un promedio anual de 28 Mt en los ocho años pre-pandemia.
Las emisiones difusas de CO2 del transporte y del sector RCI no son fáciles de visualizar. La Fundación Matrix ha estimado y representado mediante mapas su variabilidad entre los municipios de España. Se basa en un método razonablemente fiable, según se desprende de un estudio pionero basado en otras fuentes independientes (Recuadro 1).
Por qué varían las emisiones entre municipios
Algunos municipios tienen una huella de carbono muy superior a otros. Las emisiones de GEI manifiestan un rango de variación resultante de varios factores geográficos: desde las 80 toneladas de CO2-eq de Quintela de Leirado, un pequeño municipio de Ourense (630 habitantes), a las más de 2.500 kilotoneladas (kt) de Madrid (1 kt = mil toneladas). El tamaño de población es muy relevante (Recuadro 2).
La dispersión apreciable en la relación entre las emisiones y el tamaño de población entre los municipios sugiere factores locales de tipo climático o de movilidad, entre otros, que condicionan la huella de carbono municipal y apuntan diferencias entre las prioridades locales de reducción. Por ejemplo, las emisiones de GEI por uso de combustibles para calefacción son mayores en los municipios de climas más fríos o con más desplazamientos y tráfico, como sucede en las grandes ciudades y conurbaciones.
Por otra parte, la huella de carbono depende del tipo de municipio, urbano o rural (Recuadro 3). El tipo de municipio afecta a la proporción de áreas artificiales en el territorio, densidad de población o tráfico de vehículos, entre otros factores locales determinantes del volumen de emisiones de GEI.
Las ciudades, por tanto, son más responsables de los impactos sobre el clima que los municipios rurales. Sin embargo, muchos municipios rurales determinan un impacto acumulativo muy relevante. Aunque el 40% de las emisiones de GEI está concentrada en un número de municipios relativamente bajo respecto al total de España (alrededor del 70% de la población residente), todos los municipios sin excepción deben realizar esfuerzos y recortar emisiones.
Los vehículos que usan gasolina, diésel o gas natural licuado y también las calderas de gasoil o gas natural, y por su puesto las de carbón, contribuyen en mayor o menor grado a la contaminación atmosférica por sus emisiones de partículas gruesas (PM10) y finas. Las partículas PM10 se generan durante combustión de estas fuentes de energía fósil y permanecen suspendidas en el aire largos periodos. Incluyen contaminantes orgánicos como hollín y polvo resultante de procesos de condensación de metales y otros compuestos orgánicos. Junto con las partículas más finas, cuyas emisiones están asociadas, son contaminantes del aire causantes de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y algunos tipos de cáncer, entre otras causas de mortalidad, como reconoce la Organización Mundial de la Salud. Reducir emisiones de GEI también supone reducir la contaminación atmosférica y los riesgos e impactos ambientales asociados (Recuadro 4).
Política municipal para recortar las emisiones
Greta Thunberg pronunciando un discurso en las protestas de la Cumbre Anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Glasgow (5/11/21).
No le falta razón a Greta Thunberg y al movimiento Fridays for Future al afirmar que necesitamos “más acción y menos bla, bla, bla”. Recortar las emisiones incumbe a toda la sociedad y a todos los municipios, desde las personas individuales a los gobiernos locales.
Reducir la huella de carbono de los municipios debe reflejar el compromiso político y la eficacia de la gestión municipal. Dar ejemplo de gestión pública sostenible y promover la participación ciudadana es fundamental. También la gestión privada debe contribuir a recortar las emisiones, con actuaciones como las vinculadas al transporte electrificado o al uso intensivo de energías renovables en los edificios.
El planeamiento urbanístico es el instrumento transversal principal para enmarcar la mayoría de las actuaciones municipales de mitigación de emisiones. Desde la distribución de los tipos de uso del suelo e infraestructuras viarias, que afectan indirectamente a los desplazamientos de la ciudadanía, hasta la tipología de viviendas, por ejemplo, condicionan el volumen de emisiones.
Las ordenanzas municipales son normas útiles también para mitigar el cambio climático. Forman parte de las competencias ambientales municipales aspectos que afectan a la calidad del aire e indirectamente a la mitigación de emisiones. La regulación del tráfico y la movilidad son actuaciones clave vinculadas a las emisiones de GEI. La rehabilitación energética de edificios es una oportunidad emergente para recortar emisiones, y promover la eficiencia energética y el uso de energías renovables en edificios y servicios municipales es una actuación ejemplar.
Las campañas de concienciación y educación ambiental sobre mitigación de emisiones son herramientas fundamentales para implicar a la población.
La Red de Ciudades por el Clima de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) agrupa a 360 gobiernos locales donde reside más del 60% de la población española. Impulsa políticas locales de mitigación de emisiones y adaptación al cambio climático. Entre sus objetivos está la colaboración en proyectos conjuntos con municipios y desarrollar acciones de información y sensibilización.
Una iniciativa reciente de la Red de Ciudades por el Clima es el cálculo de la huella de carbono de Ayuntamientos como organización (no del territorio municipal ni de sus residentes). Un total de 23 municipios registraron en 2019 sus emisiones generadas por el consumo de combustibles fósiles de las calderas de los edificios municipales (edificio consistorial, instalaciones deportivas, centros sociales, edificio del Parque de Bomberos, etc.) y de vehículos de diferentes usos (limpieza viaria, policía y bomberos, recogida de residuos transporte público y otros no externalizados, etc.).
Así, las calderas y el parque móvil del Ayuntamiento de Gondomar (Pontevedra, casi 15.000 habitantes), único municipio gallego participante, emiten unas 27 y 58 toneladas de CO2-eq, respectivamente. En cambio, las calderas y el parque automovilístico del Ayuntamiento de Madrid emiten unas 95 y 426 kt de CO2-eq, respectivamente.
Medir la huella de carbono es útil para implicar a la Administración local en la evaluación y seguimiento de emisiones causantes del cambio climático. El Ayuntamiento mallorquín de Calviá (unos 52.000 habitantes), es el único que registró su huella en 2018 y 2019. Declara una reducción de su huella total de casi el 7%, alcanzando el 20% para las emisiones de las instalaciones fijas, y registrando un leve incremento relativo en las emisiones del transporte.
Ejemplos para recortar emisiones del transporte
¿Cómo descarbonizar los municipios? Mediante acciones eficaces en al menos dos ámbitos: el transporte y el uso de energía fósil en los edificios.
Tres acciones son ejemplos que reducen la huella de carbono del transporte, en especial en el ámbito urbano e interurbano. Más transporte público y menos embotellamientos; menos desplazamientos, menos kilómetros y menos velocidad con vehículos que usan combustibles fósiles, y más movilidad sostenible y más electrificación del parque automovilístico.
Según datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), el transporte por carretera en España presenta una evolución creciente del tráfico total, medido en número total de kilómetros recorridos por vehículos. Esta cifra aumentó un 20% entre 2000 y 2018 (casi 42.000 millones de kilómetros más). La huella de carbono del transporte por la red de carreteras es muy relevante: a más kilómetros, más emisiones de GEI.
El tráfico es muy heterogéneo en España, en gran parte condicionado por la distribución de la población en áreas metropolitanas, condicionante del flujo de viajeros y mercancías. También el turismo determina flujos diferenciales en el transporte. Así existen notables diferencias territoriales de tráfico y emisiones. Según fuentes del MITMA en 2018, algunas provincias presentan un tráfico relativamente bajo, como Teruel, Ávila y Soria, con menos de 1.500 millones de kilómetros, mientras que Sevilla, Málaga, Alicante, Valencia y Barcelona superan los 7.000 millones de kilómetros, y la Comunidad de Madrid los 24.000 millones.
El tráfico se concentra en determinadas vías que atraviesan ciertos territorios y municipios. Un estudio del centro TRANSyT de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que analiza alrededor de 26.000 km de autopistas de peaje, autovías y carreteras multicarril de España de gestión estatal (representan el 52% del tráfico total y el 65% del tráfico de camiones), concluye que el 25% de esta red genera más de la mitad de las emisiones de GEI.
Identifican siete corredores prioritarios para reducir las emisiones, entre ellos el eje Mediterráneo (de Girona a Murcia), que es el que más emite (4,7 Mt de CO2-eq al año) por tener más tráfico, sobre todo de vehículos pesados. Este estudio indica que reducir las emisiones con los vehículos actuales es posible levantando un poco el pie del acelerador. Una bajada del límite de velocidad en 10 km/h para los turismos en el corredor del Mediterráneo podría reducir hasta un 3,5% las emisiones anuales de GEI en este eje (unas 165 kt de CO2-eq).
La Ley de Cambio Climático y Transición Energética de mayo de 2021 promueve un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de GEI en 2050 mediante medidas de la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las entidades locales. Antes de 2023 los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares deben adoptar planes de movilidad urbana sostenible con medidas de mitigación de emisiones de GEI y creando zonas de bajas emisiones (ZBE), y aplicar medidas para la mejora, uso y electrificación de la red de transporte público, entre otras.
Autobús urbano que opera una de las 29 líneas de autobuses en Granada.
La promoción del transporte público es una opción prioritaria para reducir emisiones en áreas metropolitanas. Como ejemplo, un estudio piloto del Ayuntamiento de Granada, cuya área metropolitana abarca 830 km2 y da servicio a una población de más de 530.000 habitantes. Concluye que el transporte público podría evitar la emisión de 17 toneladas de CO2 al año por usuario, con un ahorro de hasta 1.200 euros en gastos del coche.
La congestión del tráfico en las ciudades representa un tiempo extra y emisiones de GEI extra. En 2019, según el TomTom Traffic Index, Barcelona ocupó el primer lugar entre las ciudades más congestionadas de España con una media un 29% de tiempo extra en atascos en cada viaje seguida de Granada (25%), Palma de Mallorca (24%), Madrid (23%) y Santa Cruz de Tenerife (23%).
Portada de la publicación ‘Directrices para la creación de zonas de bajas emisiones (ZBE)’, elaborada por la FEMP en colaboración con el MITERD (2021).
Con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática, la Ley de Cambio Climático propone medidas de movilidad para recortar las emisiones, como las ZBE mencionadas. Así los municipios podrán reducir el tráfico, emisiones, ruido y mejorar la calidad del aire (Recuadro 4). Afectará a 149 municipios, que albergan el 52% de la población española.
La única ZBE de España que funciona desde 2020 es un área grande (95 km2) que incluye el municipio de Barcelona y también los de Cornellá, Espluges, L’Hospitalet y Sant Adrià de Besós. Restringe la circulación a los vehículos sin etiqueta (de gasolina matriculados antes de 2000 y de diésel anteriores a 2006) de 7 a 20 h y en días laborables.
La Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 es una iniciativa que crea diferentes ZBE para una mejora progresiva de los 21 distritos, y todo el término municipal será ZBE gradualmente y por anillos territoriales desde el enero de 2022 hasta 2025. Impulsada por la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad (OCAS), persigue “el propósito común de convertir a la capital de España en una ciudad más descarbonizada, más verde, con un aire más limpio y saludable para sus ciudadanos”. Antes del 1 de enero de 2023 todos los aparcamientos de edificios no residenciales contarán con, al menos, un punto de recarga eléctrica por cada 40 plazas ordinarias.
De los 800.000 vehículos que entran en el municipio de Madrid diariamente, 114.000 no cuentan con etiqueta (14%), cifra a la que afectará la aplicación progresiva de ZBE. Otro estudio de la UPM cuantifica diferentes medidas de Madrid 360 relativas a restricciones de tráfico, aparcamientos, infraestructuras de transporte público y otras de movilidad. Estás medidas reducirán las emisiones anuales en 359 kt de CO2, siendo la reducción del tráfico y la renovación de los vehículos privados las que más contribuyen.
Los vehículos eléctricos o híbridos enchufables suponen menos del 0,4% del parque automovilístico español, y los de cero y bajas emisiones el 2,2%, según el informe ANFAC 2020. Rejuvenecer y renovar el parque “son condiciones indispensables para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones y de la mejora de la calidad del aire en los núcleos urbanos”, según ANFAC. La Comisión Europea ha propuesto reducir las emisiones de vehículos nuevos un 55% desde 2030 y prohibir la venta de turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos que emitan CO2 a partir de 2035. La Ley de Cambio Climático ya veta la venta de vehículos de gasolina, diésel e híbridos no enchufables en España a partir de 2040.
Según una encuesta publicada por El País el 94% de la población española considera que el cambio climático existe; el 89% considera urgente actuar contra el cambio climático; el 75% apoya las ZBE; el 63% comparte adelantar a 2035 el fin de las ventas de automóviles de gasolina y diésel, y el 72% apoya prohibir los viajes cortos en avión si existe alternativa en tren. Sin cambios relevantes en la movilidad urbana, y sin un aumento significativo de los puntos de carga y de la electrificación del parque de automóviles, por ejemplo, las emisiones de los vehículos de motor de combustión seguirán contribuyendo a un futuro negro.
Ejemplos para recortar emisiones de las edificaciones
¿Cómo descarbonizar en los edificios de un municipio? Tres acciones son ejemplos que reducen las emisiones de GEI del sector RCI. Menos consumo energético y más innovación tecnológica; más energía renovable y electrificación, y rehabilitación energética de edificios.
Aún se usan en España para calefacción doméstica y de edificios no residenciales calderas de carbón y millones de calderas de gas y gasóleo anticuadas e ineficientes. En Madrid, la OCAS prohíbe el funcionamiento de las calderas de carbón desde el 1 de enero de 2022; es el combustible usado por más de 500 comunidades de propietarios en 2017 y aún 126 en 2021. El segundo estudio de la UPM mencionado considera que la sustitución de calderas de carbón y de gasóleo evitará la emisión anual de 90 toneladas de óxidos de nitrógeno. El óxido nitroso es un GEI con un potencial de calentamiento unas 300 veces superior al CO2.
La innovación tecnológica debe reducir el consumo energético y las emisiones de GEI. La bomba de calor, reversible o no, es un sistema de calefacción o climatización alternativo a las calderas convencionales de combustibles fósiles. Funciona con electricidad y puede combinarse con paneles solares fotovoltaicos.
Paneles fotovoltaicos en el tejado de una vivienda.
En un país con una radiación solar notable, multiplicar el uso de esta energía renovable es una opción inteligente. Con 1.368 placas solares fotovoltaicas en su cubierta, el Hospital de Mollet (Vallès Oriental) genera una media de 800.000 kWh. Equivale al consumo de unas 200 viviendas de 75 m2. En verano, las placas pueden cubrir el 25% del consumo total de energía del hospital. Esta instalación evita la emisión anual de 120 toneladas de CO2.
Otra opción apropiada son los paneles solares para calefacción y agua caliente sanitaria. Para estos usos en viviendas unipersonales existen la opción menos conocida de las hidroestufas basadas en pellets o leña. Los equipos de cocina de inducción son mejoras más conocidas en los electrodomésticos, existiendo versiones para hostelería.
Finalmente, es importante mejorar la eficiencia energética: aislar térmicamente la envolvente de los edificios ahorra emisiones. Vidrios dobles en las ventanas y carpintería de altas prestaciones térmicas, y el aislamiento térmico de fachada, cubierta y suelo hacen un ambiente más confortable en edificios públicos y privados y aseguran menos emisiones de GEI.
Concienciar para reducir las emisiones
Como impulsa la Red de Ciudades por el Clima de la FEMP, conocer la huella de carbono municipal es conveniente para la evaluación y seguimiento. Concienciar a la población es fundamental para reducir las emisiones en los diferentes municipios de España y para una política municipal sostenible.
La Fundación Matrix, mediante el proyecto IMPACTSIG, contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, especialmente al ODS 13, Acción por el Clima. El ODS 13 promueve combatir el cambio climático y sus efectos, y exige involucrar a las Administraciones Públicas y a la sociedad civil, en particular del ámbito científico. La mitigación del cambio climático es un reto: es hora de concienciar y actuar.
La Fundación Matrix también expresa su compromiso con el ODS 11, Ciudades y Comunidades Sostenibles. El ODS 11 promueve en las ciudades, áreas que concentran la mayoría de la población, mejorar la calidad del aire y reducir los impactos ambientales negativos, mitigar el cambio climático, y promover el transporte público y el planeamiento urbanístico sostenible.
El presente artículo muestra el compromiso de la Fundación Matrix de difusión de resultados, transferencia y acercamiento a la sociedad del conocimiento sobre la necesidad y viabilidad de mitigar el cambio climático.
Dr. Javier Montalvo, Profesor de Ecología de la Universidad de Vigo y Director de la Fundación Matrix
Mtr. Alberto Pesqueira, Investigador de la Fundación Matrix
Artículo divulgativo del proyecto de investigación IMPACTSIG, subvencionado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, realizado por la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible en colaboración con la Universidad de Vigo.
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