01 Jun Impresionante acogida en un instituto de un municipio rural de Tarragona  

TALLERES EDUCATIVOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Impresionante acogida en un instituto de un municipio rural de Tarragona

 

Presenciar, participar y debatir sobre la igualdad y la violencia contra las mujeres en las relaciones de pareja. Así es un taller educativo de prevención de esta violencia que transforma las actitudes de los alumnos a través de un aprendizaje directo y emocional, mediante el teatro como herramienta de cambio social. Una oportunidad vinculada al Programa PROMUJER que desarrolla la Fundación Matrix. Los alumnos no solo asisten como espectadores inesperados a una escena de violencia de género protagonizada por actores, participan activamente en la representación, mostrando ellos mismos ejemplos de situaciones de violencia de género y machismo de la vida cotidiana. Los resultados revelan la utilidad educativa del taller.

Ha sido emocionante observar la participación y el debate generado sobre los diferentes tipos de machismo que suceden cotidianamente y que los alumnos perciben, incluso de las formas de machismo más tenues, aquellas de las que muchas veces ni somos conscientes.

Más de 50 alumnas y alumnos de Bachillerato del Instituto Coster de La Torre de La Bisbal del Penedès, un municipio rural de Tarragona, se beneficiaron de esta actividad educativa desarrollada el 25 de mayo por la Fundación Matrix en el marco del Programa PROMUJER, que cuenta con el apoyo por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Este taller, realizado con el método de teatro foro, estuvo precedido por otro en Reus y dos en Badajoz.

Los propios alumnos, la mayoría entre 16 y 17 años, debatieron sobre la influencia de los patrones de comportamiento que son heredados de sus progenitores. Llegan a asumir que las relaciones de pareja deben ser siempre entre iguales, y que nadie tiene derecho a sentirse superior.

Aprenden que a una mujer que ha sufrido violencia, más que considerarla víctima es mejor calificarla como una mujer empoderada, superviviente y valiente. En la representación teatral, los adolescentes ven un hombre que ejerce violencia física y psicológica contra una mujer porque es un sujeto inseguro de sí mismo. En la escenificación, la mujer se muestra también como una persona muy insegura, infravalorada y dominada, que incluso idealiza a su pareja y no percibe la realidad como es. Los adolescentes perciben cómo las actitudes violentas del hombre sobre la mujer se asocian a su capacidad de manipulación psicológica, aunque también puede ocurrir a la inversa.

Los alumnos aprendieron que cuando los padres se comportan así, y los niños crecen en un ambiente conflictivo en el que no conocen otras opciones de comportamiento, pueden acabar repitiendo esas actitudes, perpetuando los roles de dominación violenta de generación en generación. Los alumnos lo expresan en sus propias palabras así: “hemos aprendido que cada uno es dueño de su vida, que agredir verbalmente o insultar a tu pareja no es amor, que no hay que ceder, que la responsabilidad del problema es de cada uno, pero también lo es la solución”.

Testimonios de adolescentes

Algunos adolescentes compartieron voluntariamente sus opiniones y vivencias después del taller. A continuación, transcribimos los testimonios de cuatro adolescentes, varios muy valientes, que ilustran con elocuencia el impacto individual del taller.

Frecuencia de las propuestas para mejorar los talleres educativos contra la violencia contra la mujer de los alumnos del Instituto Coster de La Torre.

Sabela: gracias a este taller he aprendido a sobrellevar las situaciones de violencia. Ha sido muy útil para saber cómo actuar en casos de violencia. Lo que más me ha gustado es la participación de los alumnos y saber que hay gente que pasa por lo mismo que yo. En Colombia hay un aspecto más machista y más cerrado que en España. A mi padre, que es español, lo eché de casa porque le faltaba el respeto a mi madre, que es colombiana y sumisa. Tenía sentimientos de culpabilidad. El taller me ha servido para fortalecer mi estado anímico, psicológico y aumentar mi autoestima.

Dani: gracias a este taller he aprendido que no puedo actuar impulsivamente, sino que tengo que saber ayudar. Lo más me ha gustado es la actuación, porque nos ha ayudado a ver la realidad. La violencia no se observa en la vida real. Hay que actuar para prevenir. Hace un año mi madre estaba con un chico. Al principio se llevaban muy bien, se querían mucho, pero con el tiempo el chico se volvió más agresivo. Bebía demasiado, tenía problemas con el alcohol y las drogas. En ocasiones pegaba a mi madre, le gritaba y yo lo veía. No sabía qué hacer. Estos hechos ocurrieron en 2017. Cuando él se iba de casa, yo le decía a mi madre: «mamá, déjalo, busca otro chico que te quiera porque esto no lo puedes aguantar». Un día tuvieron una pelea impresionante e incluso me amenazó con matar a mi perro.  Ahí me puse firme, me metí en medio y dije, «ya está, esto se acabó».

Itziar: lo que más me ha gustado es haber participado y protagonizar escenas que son muy cotidianas en la vida real, en la calle, en los hogares. La primera vez que viví una experiencia similar fue muy emotiva. Tenía nueve años, estaba en casa y mi padre empujó a mi madre. Intenté hablar para solucionar el conflicto. Mis padres acabaron divorciándose. Este taller me ha servido para saber qué tengo que hacer y tener presente que nadie me puede obligar a hacer lo que no quiero hacer. El taller me ha ayudado a comprender que todas las personas deben expresarse y no debemos callar ante ningún tipo de situación violenta. La mujer debe hacerse respetar sus ideas.

Miguel: la fluidez y la soltura es lo que más me ha gustado. He podido ver el humanismo en las personas, con mucha naturalidad, y me he sentido muy implicado. Me ha ayudado a comprender el problema de la violencia desde dentro, con una visión muy humana. He aprendido cómo pueden ocurrir estas cosas y cómo se pueden evitar. Creo que esto será recordado por todos y quedará grabado en la memoria de los alumnos durante muchos años. Muchas compañeras de clase saldrán beneficiadas de esta experiencia. Nuestra conciencia colectiva ha salido reforzada. Ha sido muy positivo. Poder ver como se producen estas situaciones y cómo afecta a las personas es algo muy importante.

 

Valoración del taller

Los alumnos realizaron dos encuestas, antes y después del taller. Antes del taller, la mayoría (62%) opina que la sociedad debe actuar mediante acciones educativas con los hombres violentos y con las víctimas de la violencia e hijos, tanto en caso de maltrato físico como psicológico, una opinión más extendida en ellas (más de 12 puntos porcentuales) que en ellos. Sin embargo, alrededor del 39% del conjunto de alumnos opina que es necesario aplicar castigos o penas más severas para el maltratador, una opinión más extendida en ellos (más de 12 puntos porcentuales) que en ellas. Nadie piensa que son suficientes todas las medidas que existen actualmente y no se puede hacer más, o que es un tema que incumbe solo a la pareja y no debe intervenir la sociedad.

El taller modifica las opiniones sobre la necesidad de actuación de la sociedad para reducir y evitar la violencia contra la mujer. Después del taller disminuye la proporción de aquellos alumnos que optan por la vía del castigo, y aumenta hasta un 79% la de aquellos que creen que la sociedad debe actuar mediante acciones educativas. La preferencia por la opción educativa disminuye con la edad, lo contrario sucede con la preferencia por la vía punitiva.

La mayoría de los alumnos (79%) afirma que el taller ayuda mucho a comprender mejor la necesidad de igualdad en la pareja y a saber cómo actuar ante la desigualdad en este tipo de relación. Esta percepción es mucho más acentuada en ellas (96%) que en ellos (60%).

Todos creen que el taller presenta utilidad. El 97% cree que es útil tanto para prevenir como para saber actuar, y el resto considera que sirve solo para identificar y concienciar a las personas para su prevención. Nadie opina que sólo sirve para saber cómo actuar ante este tipo de violencia o que no sirve para nada.

Un 40% de los alumnos destaca que lo que más les ha gustado del taller es el método general de teatro foro usado, siendo una opinión más frecuente en 20 puntos porcentuales en ellos que en ellas. Un 40% concreta más y destaca sus características de participación o su utilidad educativa y sensibilizadora. El 13% declara que el método general usado en el taller es lo que más le ha gustado. Con la edad aumenta la preferencia por el método general de teatro foro, la utilidad educativa y sensibilizadora y método general usado en el taller.

El 59% de los alumnos considera útil y completo el taller, o incluso sugiere mayor duración del mismo. Un 41% de los alumnos considera que el taller es completo y útil, y no indica nada que mejorar (sin diferencias entre sexos). Al 19% le sabe a poco y considera que debería tener mayor duración, aunque esta opinión es más masculina (33%) que femenina (6%). Un 13% sugiere reforzar aún más el impacto emocional derivado del método teatral, no existiendo diferencias entre sexos en esta preferencia. Una proporción similar considera que sería útil extenderlo a otros centros educativos o colectivos, aunque esta opinión solo se da en ellas.

La mayoría considera que hay un antes y un después tras el taller delPrograma PROMUJER, donde el aprendizaje fue que todos tenemos los mismos derechos y libertades, todos somos iguales, y lo fundamental es el respeto.

El taller hizo aflorar emociones. Finalizó con los alumnos abrazándose, entre lágrimas, sonrisas y mucho amor. Impactante.

 

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