26 Mar Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019: prevalencia y factores de riesgo
Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019: prevalencia y factores de riesgo
“Conjeturar es barato; conjeturar erróneamente es caro”, dice un proverbio chino. Intentar comprender la violencia de género mediante conjeturas, creencias o ideas preconcebidas es inútil. Para tener una idea clara de dónde, cuánta y por qué sucede esta violencia no ayuda demasiado un informe prolijo con numerosas variables y un catálogo estadístico de datos. Es mejor una evaluación científica, espacial, sintética, considerando factores de riesgo, con una interpretación rigurosa y con aplicabilidad directa.
La presión atmosférica depende de muchas variables, como la temperatura y la humedad. La presión varía en el espacio y en el tiempo, disminuye con la altitud sobre el nivel del mar y aumenta con la latitud. Un barómetro meteorológico es un instrumento que mide la presión atmosférica y sus cambios en diferentes momentos. Un barómetro de la violencia machista es un instrumento que mide la prevalencia de la violencia de género y su variación temporal. Debe expresar el estado o situación de la violencia machista en un territorio, e incluso prever lo que va a ocurrir en base a la realidad empírica.
¿Cómo se ha concebido el Barómetro de la Violencia Machista? En primer lugar, atendiendo a los sucesos, lo que realmente pasa y registra el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Disponemos de datos objetivos en el espacio y en el tiempo: las denuncias presentadas por hechos de violencia de género en la pareja o expareja, una realidad estadística e indiscutible. Están registradas y son, por ejemplo, un total de 125.936 en España durante 2019, el 15% en Cataluña. Es cierto que hay una limitación: el registro de violencia machista es incompleto, se limita a las denuncias presentadas ante los juzgados o las dependencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aunque desconozcamos la cifra negra de criminalidad –hechos delictivos sin denuncia–, la realidad disponible es una base criminológica sólida y suficiente para desarrollar un barómetro sobre violencia machista.
¿Cómo medir la violencia machista? Como una tasa anual o proporción de este suceso sobre el total de la población de mujeres (de 15 años o más) en un año y en un territorio determinado. Se ha considerado este indicador para un periodo de referencia apropiado de cinco años (2014-2018). Expresa la realidad de la prevalencia de la violencia machista como la tasa promedio anual del número de víctimas por cada mil mujeres; la unidad de medida de la tasa es en tanto por mil (‰). Para comprender bien la situación de un territorio muy extenso, de poco sirven los números absolutos o indicadores agregados de la violencia machista, ocultan la heterogeneidad espacial local de la realidad que pretenden describir y obvian los factores de riesgo asociados. La cartografía y los modelos espaciales representan de manera más clara los hot spots o zonas calientes de este tipo de criminalidad.
Se ha utilizado el partido judicial como unidad territorial de evaluación criminológica de esta violencia. En Cataluña existen 49 partidos judiciales, que agrupan uno o más municipios. Gracias al Barómetro podemos conocer cómo varía geográficamente la prevalencia de la violencia machista (tasa de denuncias por violencia de género) y describir su tendencia de cambio.
Isolíneas de violencia machista
Se ha generado un modelo espacial que expresa mediante líneas curvas los puntos que tienen la misma tasa de violencia machista (ver visor adjunto). Estas isolíneas son análogas a las isobaras de los mapas de presión atmosférica de los meteorólogos. En el mapa de tasa de violencia machista, un área con isolíneas muy separadas –análoga a una situación anticiclónica, de calma o viento suave– puede interpretarse como un área con una situación de baja violencia machista. En cambio, un área donde las isolíneas están muy próximas –análoga a una situación de borrasca y vientos fuertes–, revela áreas con una intensificación de la violencia machista.
INTERACTIVO – Visor cartográfico: visualizar el mapa pulsando el botón de pantalla completa
El mapa que representa las isolíneas de tasa de violencia machista permite reconocer las tendencias geográficas de variación en Cataluña. Refleja que gran parte de la provincia de Lleida y el interior de Cataluña, en particular los ámbitos funcionales territoriales de Alt Pirineu y Aran, así como las Comarcas Centrales, presentan tasas entre el 3‰ y el 6‰ (de tres a seis víctimas cada mil mujeres).
Existe una tendencia de incremento gradual de la violencia desde el noroeste hacia el sur y el este, en dirección a la línea de costa. Este gradiente se intensifica, duplicándose o triplicándose respecto a los valores más bajos del interior mencionados, en algunas áreas extensas del litoral de las provincias de Tarragona y Barcelona (este de Terres de l‘Ebre, Camp de Tarragona, y sur del ámbito funcional territorial Metropolità de Barcelona), y en un área más reducida situada en la transición entre las provincias de Barcelona y Girona, donde superan el 8‰ y 9‰.
Los siguientes partidos judiciales litorales ilustran esta tendencia: L’Hospitalet de Llobregat (9,9‰), Blanes (9,6‰), El Vendrell (9‰), Reus y Tarragona (8,6‰) y Arenys de Mar (8,5‰). El partido judicial de Lleida (7,6‰), un área que incluye el 3% de la población catalana, se desvía de esta tendencia, apareciendo como una isla geográfica de violencia machista en un entorno con predominio de valores entre el 4‰ y el 6‰.
En Cataluña se registraron un total de 20.290 denuncias en el periodo estudiado, el 72% en la provincia de Barcelona, una proporción inferior a la población catalana presente en este territorio (85%). La tasa de violencia machista en Cataluña en el quinquenio estudiado es 6,1‰, y obviamente no refleja la notable heterogeneidad provincial existente (5,9‰ en Barcelona y Lleida, 6,3‰ en Girona, y 7,6‰ en Tarragona).
El mapa de la tasa de violencia machista por partido judicial manifiesta una alta heterogeneidad en el territorio catalán (ver mapa del visor). Los partidos judiciales de Ripoll y Gandesa –dos áreas rurales de la provincia de Girona y Tarragona, respectivamente– presentan las menores tasas de violencia machista, 2,6‰ y 2,7‰, respectivamente. Por el contrario, la prevalencia de la violencia machista es extrema, más de tres veces superior, en los partidos ya mencionados de Blanes y L’Hospitalet de Llobregat.
Un 25% de los partidos judiciales (corresponde al 27% de la población catalana), concentrados principalmente al este de Cataluña, presenta una tasa de violencia machista alta o muy alta, igual o superior al 7‰. Corresponde a municipios de tipo urbano y rural. Aproximadamente un tercio de los partidos judiciales presenta una tasa entre 5‰ y 7‰ (47% de la población catalana), y otro tercio entre 3‰ y 5‰ (27% de la población catalana).
Apoyo de la Generalitat de Catalunya
El Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019 surge del apoyo de la Generalitat de Catalunya, a través del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, a una propuesta de la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible. Se trata de una iniciativa sin precedentes en Cataluña, resultado de una investigación científica con una perspectiva holística, de género y criminológica. Es una herramienta de diagnóstico territorial, innovadora y útil, que trasciende un mero análisis descriptivo estadístico. Proporciona, además de una evaluación espacial de la violencia machista, la identificación de los factores de riesgo socio-territorial asociados que permiten hacer operativa la programación de acciones preventivas y de intervención directa, priorizando las áreas diana con mayor necesidad actual.
Todo espacio geográfico es el resultado de la interdependencia histórica entre el ambiente natural y las relaciones sociales, pues ambas construyen la identidad de un territorio. El territorio es el resultado del uso de la población humana del espacio, y contiene un espacio social dinámico y multidimensional (demográfico, económico, cultural, etc.). La heterogeneidad y desigualdad territorial están inherentemente asociadas a diferencias en la prevalencia e intensidad de conflictos de distinta naturaleza, siendo la problemática de violencia de género uno de los más preocupantes en la actualidad.
Se han considerado 11 variables socio-territoriales o ambientales (demográficas, económicas, geográficas y climáticas). Se ha examinado la relación entre la tasa de violencia machista y variables ambientales para identificar posibles factores de riesgo socio-territorial. La tasa de violencia machista promedio de los partidos judiciales de áreas rurales (5,4‰) y urbanas (6,2‰) no difieren estadísticamente. La tasa de violencia machista tiende a aumentar con la proximidad al mar y la temperatura, con una correlación moderada, pero significativa.
Se ha construido un modelo moderadamente satisfactorio mediante regresión lineal múltiple. Explica el 45% de la variabilidad geográfica de la tasa de violencia machista mediante cuatro variables que, por tanto, son factores de riesgo socio-territorial de esta violencia en Cataluña. La proporción de extranjeros y la edad poblacional media muestran una asociación moderada y significativa con la tasa de violencia machista, positiva y negativa, respectivamente (Figura 1). Una disminución de la edad poblacional media de tres años y un incremento de la proporción de población extranjera de alrededor del 6% se asocian a que una mujer más por cada mil mujeres sufre violencia machista. A estos factores se añaden la tasa de desempleo y la renta disponible por hogar, con una asociación positiva y negativa, respectivamente. La contribución de estos factores al modelo, coincide con el orden expuesto.
Ni el tamaño de la población, ni la densidad poblacional, ni los ingresos medios por persona son variables explicativas de las diferencias territoriales de la violencia machista en Cataluña. Por el contrario, las poblaciones con una estructura demográfica con mayor presencia de extranjeros y más joven, así como con un mayor desempleo y menos ingresos por hogar son más proclives a la violencia machista.
Una contribución similar de la edad poblacional se había observado a escala de España para un periodo de 11 años por el Programa PROMUJER de la Fundación Matrix. Sin embargo, la evidencia empírica de la contribución de los otros factores de riesgo para explicar la violencia machista en Cataluña es novedosa a escala de partido judicial y de una indudable relevancia para la criminología aplicada y preventiva para establecer prioridades basadas en hot spots o puntos calientes, definidos como aquellas áreas que superan el número medio de eventos delictivos, o donde el riesgo de ser víctima de un delito es superior a la media, que son fundamentales para predecir la violencia machista futura.
Una proporción de extranjeros alta se puede asociar a condiciones de mayor desigualdad social o pobreza en el territorio, y no necesariamente a una relación causal. La asociación entre violencia machista y la proporción de población extranjera expresa probablemente varios factores socio-culturales y socio-demográficos. Alrededor del 56% de la población inmigrante en Cataluña es de origen africano, iberoamericano y asiático. Un 35% de las denuncias por violencia de género corresponde a mujeres víctimas de origen extranjero, según un estudio que excluye Cataluña y el País Vasco.
La mayor prevalencia de la violencia machista puede estar influida en parte por la identidad cultural y prácticas tradicionales existentes en sus lugares de procedencia, pero también por las condiciones socio-económicas más desfavorables inherentes a parte de la población inmigrante. La población extranjera en paro en Cataluña en 2018 es 14,9%, 2,5 veces mayor que la autóctona, y el salario bruto anual de hombres y mujeres de origen extranjero es el 68% y 75%, respectivamente, del que disfrutan los hombres y mujeres autóctonos catalanes.
En cualquier caso, el colectivo de mujeres extranjeras es más vulnerable. Representa alrededor de un tercio de las denuncias por violencia de género registradas por el CGPJ en España, a pesar de que solo constituye alrededor del 10% del total de la población, y en promedio una de cada tres mujeres víctimas mortales por violencia de género en España es de origen extranjero.
La posible influencia de la edad poblacional media en la violencia machista refleja probablemente varios factores socio-demográficos. Las áreas urbanas tienden a presentar una población más joven (menos envejecida) que las áreas rurales en España. Una mayor proporción de jóvenes en una población resulta, entre otros factores, de un proceso de inmigración de personas jóvenes. Es conocida la mayor prevalencia de la violencia machista en mujeres de edades intermedias y jóvenes. Por otra, puede existir un efecto indirecto de la inmigración extranjera sobre la estructura demográfica, ya que rejuvenece las poblaciones tanto por la edad más joven de los inmigrantes, como por su mayor fecundidad respecto a la población autóctona.
El desempleo masculino y el grado de bienestar económico en las parejas se consideran factores de riesgo de violencia machista, que puede resultar de un deseo del varón de afirmar su posición dominante. La relación inversa entre la disponibilidad de recursos económicos dentro del hogar y la tasa de violencia machista sugiere que la relación entre la falta de empleo y la violencia machista bien podría ser resultado del estrés derivado de la falta de recursos dentro del hogar. Los resultados sugieren que el contexto socio-económico es un riesgo socio-territorial de violencia de género, tanto en las familias como en cualquier otra relación de pareja.
Mapas como herramienta criminológica
Las disciplinas que abordan el estudio de la delincuencia han reconocido que el hecho delictivo puede ser interpretado más fácilmente si se tiene en cuenta su componente geográfico, partiendo del supuesto teórico de que todo fenómeno social es dependiente del espacio donde sucede. La variabilidad geográfica de la violencia machista es un conocimiento útil para la intervención.
Un mapa de calidad ofrece una idea clara de dónde y cuánta violencia de género sucede. Complementa a las necesarias estadísticas usuales. Considerar los factores de riesgo socio-territorial es un valor añadido de evaluación y ayuda a entender por qué sucede esa violencia, de interés para la intervención de la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra, y otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y para las actividades de prevención.
La Fundación Matrix apuesta por la mejora del conocimiento para contribuir de forma eficaz a la lucha contra todos los tipos de violencia machista incluidos en el Convenio de Estambul, como compromete a las Administraciones Públicas el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género. Por ello, va a desarrollar el Programa POLIGÉN, un servicio de formación policial práctica, transdiciplinar y actualizada en prevención de violencia de género e intervención para todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El modelo predictivo de la violencia machista en Cataluña refleja que, aunque los factores de riesgo identificados son determinantes de la variabilidad geoespacial de la tasa de violencia machista, existen otros factores subyacentes socio-territoriales y de tipo personal e interpersonal que pueden influir directa o indirectamente, como factores psicológicos o de comportamiento individual, salud emocional, actitudes, creencias o experiencias familiares, entre otros. Estos factores, sin embargo, no son de fácil medida y valoración con la resolución espacial moderada que conlleva un estudio por partidos judiciales. La violencia machista es un fenómeno complejo y multicausal, y evaluar los condicionantes de su prevalencia no es una tarea epidemiológica sencilla, en particular por la influencia de factores dinámicos socio-culturales.
Los resultados del Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019 y mapas asociados, y la identificación de los factores de riesgo socio-territorial son útiles para definir áreas prioritarias de intervención y protocolos diferenciales de prevención, alerta o atención temprana. Los mapas facilitan la visualización y detección de hot spots para la intervención. Son de alto interés para el Institut Català de les Dones, la Generalitat, las entidades locales, sus servicios sociales, y en particular para los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana.
La publicación de los resultados del Barómetro en internet mediante un visor de mapas interactivo es una medida de visibilización, sensibilización y prevención para concienciar a la sociedad, otra de las medidas previstas en el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género para impulsar políticas para la erradicación de la violencia sobre las mujeres, la manifestación más extrema de la desigualdad de género.
Javier Montalvo. Profesor de Ecología de la Universidad de Vigo y Director de la Fundación Matrix.
Julia F. Porritt. Criminóloga e Investigadora de la Fundación Matrix.
María Bravo Font. Periodista, Especialista en resolución de conflictos y teatro social. Delegada de la Fundación Matrix en Cataluña.
igualtat.catalunya@fundacionmatrix.es
Artículo divulgativo de resultados del Programa ‘Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña: patrones geoespaciales y modelos de predicción’, actividad de investigación aplicada subvencionada por el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya, realizada por la Fundación Matrix.
Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019: áreas prioritarias de intervención
Barómetro y prevención de la violencia machista en Cataluña
Formación policial y prevención de la violencia de género
¿Qué es la violencia de género?
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