17 Mar Formación policial y prevención de la violencia de género

Formación policial y prevención de la violencia de género

 

Todas las personas que son profesionales de la seguridad pública deben tener acceso a una formación permanente y especializada para la intervención ante la violencia de género. La formación policial en esta materia es insuficiente en contenido y calidad. El Pacto de Estado contra la Violencia de Género apoya esta formación. El Programa POLIGÉN es un servicio de la Fundación Matrix que impulsa una formación práctica, transdiciplinar y actualizada en prevención de violencia de género e intervención para todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Comprende desde el conocimiento de la prevalencia y factores de riesgo de la violencia de género a nivel local hasta la prevención de la doble victimización.

Cada hora en España se presentan una media de 15 denuncias por violencia de género. Se asume que esta cifra no representa la mayor parte de este tipo de sucesos que ocurren día a día, mientras otras personas llevamos a cabo nuestra jornada laboral, disfrutamos del tiempo libre o descansamos. La transcendencia de esta cifra radica en la magnitud del problema real, ya que existe una cifra oculta de violencia machista que desconocemos.

Son muchos más los casos de víctimas no detectados y que continúan sin salir a la luz por diversas razones, pero con el trasfondo en todas ellas de la complejidad que rodea a este delito. Aunque es público, continúa siendo difícil su revelación para la sociedad, al desarrollarse muchas veces entre personas que se conocen, conviven o han convivido, o mantienen o han mantenido una relación de afectividad. Este silencio es más probable y conocido en el medio rural.

Por ello, la lucha contra la violencia machista requiere el compromiso de toda la sociedad para estar alerta, percibirla como un asunto común, y asumirla como un reto social, un problema de todas y todos, de interés general. La violencia de género es una cuestión de seguridad pública local y también de relevancia nacional, definida a nivel internacional por la OMS como una pandemia que afecta a las mujeres por el único hecho de serlo.

La prevalencia y los efectos del “virus” de la violencia de género son muy graves, y sus consecuencias son peores que las de una epidemia estacional o de una determinada duración, porque la población de mujeres afectadas es mayor.

De manera esperanzadora, las acciones sociales e institucionales para atajar este problema social han ido en aumento, e incluso se han acelerado en los últimos años. Pero aun así la violencia de género sigue azotando a nuestros pueblos, ciudades y barrios a diario. En todos los estamentos sociales, económicos y culturales, aunque con características diferenciales.

Solo durante el primer trimestre de 2020, a fecha 17 de marzo, han sido asesinadas 15 mujeres a manos de su pareja o expareja, que dejan a ocho menores huérfanos. Desde 2003, el primer año en el que se empiezan a contabilizar los feminicidios, son 1.046 las mujeres víctimas mortales asesinadas a manos de hombres, y millones de ellas han sido victimizadas de un modo menos visible en los medios de comunicación, pero que sufren día a día actos violentos ilícitos por el hecho de ser mujeres.

Esta verdadera lacra social no es ajena a Galicia. Según los datos más recientes disponibles, cada día se registran en esta Comunidad Autónoma alrededor de 20 denuncias por violencia de género, y dos de las 14 mujeres asesinadas a manos de un machista en 2020, eran gallegas o residían en Galicia.

Debido a toda esta desgarradora realidad de interés para toda la ciudadanía, nació en 2017 el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Es una herramienta unánime para la lucha integral contra la violencia machista y expresión de la repulsa absoluta de cualquier acto violento de desigualdad de género. Este pacto determina en su quinto eje el compromiso de ofrecer a las víctimas de violencia de género la mejor asistencia posible, para lo cual es imprescindible una formación especializada de todos los profesionales que intervienen en el sistema, en particular de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

La Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, ya impulsa la formación policial específica sobre violencia de género como parte de la respuesta integral ante esta violencia.

Figura 1. Situación de la violencia de género en España por partidos judiciales.

 

Retos de la Fundación Matrix

La Fundación Matrix, además de trabajar en otros ejes estratégicos como la educación sensibilización y prevención, realiza investigaciones aplicadas, rigurosas y pioneras, como la evaluación de la situación de violencia de género que se muestra en el mapa (Figura 1), y genera otros resultados criminológicos de interés aplicado, desarrollados en el marco del Programa PROMUJER, subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social.


Desde la Fundación Matrix nos hemos marcado el reto de contribuir de forma significativa a esta labor formativa impulsada desde el Pacto de Estado a través de varias líneas de acción,  desde la formación de nuestros jóvenes, realizando una labor preventiva-educativa destinada a adolescentes mediante talleres de teatro foro, para fomentar la igualdad y la prevención de las conductas de violencia de género. Se ha llevado a cabo de manera exitosa con alrededor de 7.000 jóvenes de Galicia, Cataluña y la Comunidad de Madrid en 2019.

Nuestro compromiso con la igualdad y protección de las mujeres requiere dar un paso más, la formación de un colectivo vital en la intervención ante la violencia de género: la policía. Son nuestras y nuestros agentes de la seguridad pública, así como las personas integrantes de las escalas superior, ejecutiva, de subinspección y facultativa o técnica del Cuerpo Nacional de Policía o equivalentes de la Guardia Civil, en suma, todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que asisten e intervienen cuando se denuncia un hecho delictivo público de esta índole. En los cuerpos policiales, tradicionalmente muy masculinizados, hubo que esperar hasta los años 80 para que las mujeres pudieran acceder a las pruebas de acceso.

En la actualidad la Policía Nacional integra a más de 9.500 mujeres policía, es el cuerpo policial español con más presencia femenina (superior al 15% de su plantilla). En la Guardia Civil la representación femenina es solo de alrededor del 7%. En la Ertzaintza es alrededor del 12% y en los Mossos d’Esquadra, el 21%. La Policía Local en los municipios de la Comunidad de Madrid no alcanza el 20% de mujeres, y las mujeres solo representan el 9,1% de las plantillas de la Policía Local en Canarias.

Por ser cuerpos muy jerarquizados, es mayor el riesgo de discriminación u hostilidad laboral de la mujer, pues sigue siendo anecdótica y motivo de noticia destacada la presencia de la mujer en altos cargos policiales. Es un colectivo donde se debe mejorar en igualdad de género en la organización laboral, además, ello puede contribuir a una mayor eficacia de su desempeño, ofrecer una imagen apropiada y constituir un ejemplo para la sociedad.

Afortunadamente, este colectivo primordial en la seguridad pública está sufriendo una profunda y acelerada transformación y modernización. Tanto la Policía Local, Municipal o Guardia Urbana, como el Cuerpo de Policía Nacional, la Guardia Civil, y las policías de las Comunidades Autónomas, son una referencia de servicio público para la ciudadanía. El progreso es muy significativo y exitoso, impulsado por todo el cuerpo de funcionarios –y especialmente por las funcionarias policías–, las unidades específicas de personal, las organizaciones sindicales, las asociaciones, y las propias Administraciones Públicas.

El Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), impulsado por la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, al que se puede incorporar la Policía Local, es un ejemplo de este compromiso. Predice el riesgo individual y realiza el seguimiento y protección a las víctimas en todo el territorio nacional.

Otro ejemplo es que, desde 2003, todas las Comisarías del Cuerpo Nacional de Policía disponen de Unidades de Prevención, Asistencia y Protección contra los Malos Tratos a la Mujer (UPAP), con policías especializados/as en la protección de mujeres víctimas de violencia de género. La Oficina Nacional para la Igualdad de Género (ONIG) en la Policía Nacional, creada en 2018, es un referente. Promueve entre otros objetivos la formación en igualdad de género.

La Guardia Civil cuenta con los Equipos y Especialistas Mujer-Menor (EMUME), encuadrados en la Sección de Investigación de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial, que son las unidades especializadas de atención a la violencia de género y familiar, entre otros asuntos. Su labor es de extraordinaria importancia dada la extensión de su demarcación de actuación, el 84% del territorio nacional, en un ámbito rural. En 2018 la Guardia Civil recibió el 36% de las denuncias por delitos de violencia de género del total de denuncias presentadas ante las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado (alrededor de 25.000 casos).

La policía autonómica también es responsable de una labor muy importante. Así, por ejemplo, los Mossos d’Esquadra, que sustituyen la mayoría de las funciones de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña, atendieron alrededor de 16.000 denuncias por violencia machista en 2019 (12.864 relativas al ámbito de la pareja y 3.412 al ámbito familiar).

Vehículo de la Policía Local de Vigo.

La labor de la Policía Municipal, la que mejor conoce la situación local y la más próxima a la ciudadanía, es determinante para promover la confianza de la víctima de maltrato machista, porque es su primer contacto. El éxito de su intervención depende de los medios disponibles y la formación de sus agentes, en particular en los municipios cuyo tamaño poblacional no permite una estructura operativa idónea.

Una de las medidas del Pacto de Estado es impulsar convenios entre el Ministerio del Interior y los Ayuntamientos, para que la Policía Local pueda realizar la protección de la victima de violencia de género, una vez valorado su nivel de riesgo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Por tanto, la policía resulta una pieza clave en la violencia de género. Es crucial el trabajo que se encuentra detrás de cada orden de protección de una víctima de violencia de género, de cada agente policial implicado en disminuir el riesgo que atañe a la víctima, de su compromiso profesional y máximo esfuerzo en su esencial cometido.

Por ello debemos potenciar que su actividad se realice con la máxima calidad y eficacia, y así impulsar el aumento de la tasa de denuncias. Este es, precisamente, el mecanismo público-jurídico que en la actualidad, una vez han resultado infructuosos los programas preventivos y nos encontramos en que todas y todos hemos fracasado en conseguir que esta violencia no se produzca y el hecho delictivo acontece, tengamos y percibamos la seguridad jurídica que nos brinda la actuación de todos los recursos públicos vinculados a una orden de protección. Estas órdenes han demostrado ser eficaces para disminuir el riesgo y atajar la violencia de género.

 

Formación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad

Sin embargo, la formación policial en violencia de género sigue siendo insuficiente. Es conveniente fomentar la máxima profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, promoviendo la excelencia en el trato con las víctimas, y una formación idónea para que todas las mujeres nos sintamos seguras y apoyadas. De este modo, conseguiremos que aumente la proporción de denuncias, y que la víctima y quienes la rodean sientan más resguardo y protección por las autoridades.

También es necesario prevenir la victimización secundaria, que puede ocasionar a una víctima de maltrato machista el toparse con un proceso de investigación jurídico-policial indubitado, una vez se pone en marcha el engranaje imparable que genera la denuncia, si se produjese y, en su caso, la orden de protección. En este sentido, la asistencia y protección de la mujer por otros instrumentos que no requieren una denuncia previa es especialmente relevante en el ámbito rural.

Por todo ello, la Fundación Matrix desarrolla el Programa POLIGÉN. Consiste en un servicio de formación de alta calidad: especializada, transversal, transdisciplinar y actualizada. Se realiza a través de un curso presencial con un contenido a medida. Su objetivo general es compartido por otros agentes de la actual red de lucha contra la violencia de género: prevenir este tipo de violencia en todas sus formas, promoviendo la recuperación integral de las víctimas y la disminución de los efectos de la doble victimización.

Figura 2. Algunas de las asociaciones y organizaciones sindicales de profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueden impulsar el Programa de formación especializada POLIGÉN.

El Programa POLIGÉN nace con el fin de cooperar con las Administraciones locales y las responsables de la seguridad pública de otros ámbitos territoriales para aumentar la efectividad de la intervención policial en materia de violencia de género. Podrá realizarse como formación permanente para la actualización y especialización del personal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado. También como parte de la ampliación de la formación especializada que impulsan numerosas organizaciones sindicales y asociaciones profesionales (Figura 2).

El Programa POLIGÉN tiene los siguientes objetivos concretos: aumentar la tasa de interposición de denuncia por violencia de género; disminuir la frecuencia de retirada de denuncias por las víctimas; prestar una atención acorde con las necesidades de las víctimas, y asegurar su protección minimizando futuras situaciones de riesgo del maltrato.

La meta es la interiorización de conceptos, datos y modo de actuación en el mapa mental de nuestra policía. Conseguir una conducta empática, cercana, igualitaria y con perspectiva de género  que sea más espontánea e intrínseca, reforzando así la actuación profesional que en el día a día ya realizan todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

A lo largo de esta formación estratégica, la Fundación Matrix impulsa gracias a un equipo multidisciplinar de especialistas un aprendizaje de un modo innovador, práctico y útil. Los contenidos del Programa POLIGÉN son: formar y actualizar conocimientos sobre conceptos operativos de violencia de género; identificar y priorizar los riesgos de violencia de género a nivel local; facilitar herramientas para la prevención e intervención con las víctimas, familiares y testigos, y capacitar y promover las buenas prácticas de acompañamiento y asistencia a las víctimas de violencia de género.

El programa condensado se distribuye en cuatro módulos operativos y es de tipo presencial. Primero aborda la violencia de género como un conglomerado inmerso en la desigualdad, la prevalencia de estereotipos de género o las formas más sutiles de violencia machista, a través de adquisición y manejo conceptual con exposición de casos con soporte TIC y audiovisual. En segundo lugar, divulga y analiza los datos de la violencia de género a nivel local, con una perspectiva criminológica, valorando la situación actual tras un estudio previo, y la estrategia operativa futura.

A continuación, aborda la actuación profesional policial de una manera integral, desde el conocimiento victimológico y de comunicación eficaz con todos los agentes implicados en la situación. Por último, facilita herramientas de intervención policial y asesoramiento en situación de emergencia, realizando actividades de roll-playing rotatorio.

Una evaluación final del aprendizaje permite determinar el impacto de la actividad formativa. Disponer de una mejor formación policial en violencia de género de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y en particular de la Policía Local, es un servicio que ofrece la Fundación Matrix alineado con sus fines sociales de interés general.

Julia F. Porritt

Criminóloga e Investigadora de la Fundación Matrix, Coordinadora del Programa POLIGÉN

Nadia Barragán Sanz

Educadora Social de la Fundación Matrix, Especialista en Igualdad e Intervención Social

igualdad@fundacionmatrix.es

Artículo divulgativo de resultados del Programa PROMUJER, subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

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