12 Mar Igualdad y prevención de la violencia machista en Cataluña: las chicas son ‘mejores’
TALLERES PREVENTIVOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Igualdad y prevención de la violencia machista en Cataluña: las chicas son ‘mejores’
Prevenir la violencia género es más efectivo si se conocen sus condicionantes y se desarrollan acciones educativas en las áreas prioritarias. Un estudio sobre la igualdad de género y una intervención mediante talleres de teatro foro para adolescentes en una de las áreas con una situación de violencia machista más preocupantes de Cataluña, revela interesantes resultados. En este artículo, se desvelan los resultados de un estudio empírico que permiten afirmar con objetividad que las chicas son ‘mejores’ a la hora de entender la complejidad de la violencia de género y los recursos necesarios para afrontarla. Estos datos demuestran la necesidad y eficacia de las acciones educativas desarrolladas por la Fundación Matrix gracias a una subvención de la Generalitat de Catalunya.
ONU Mujeres recomienda para superar los estereotipos de género recordar a las niñas que son fuertes, capaces y se merecen el mismo respeto que los niños. Hay que elogiarlas por su inteligencia, fortaleza, capacidad de liderazgo, que sus pensamientos y opinión importan, porque deben entender que son mucho más que su apariencia física.
El girl power no es sólo un lema exitoso de las Spice Girls ni un simple eslogan en las camisetas de moda. Es una tendencia en expansión que alienta y celebra el empoderamiento, la independencia, la confianza y la fuerza de las mujeres más jóvenes y su rechazo a la opresión de género. La realidad indica que no faltan razones para reivindicar esta visión.
Muchas diferencias biológicas entre sexos son obvias y muy conocidas. Algunas son biológicas e innatas, como las cromosómicas y hormonales. Pero otras son culturales, producidas por la educación, el ambiente social y las experiencias que vivimos. Por tanto, resultan de un aprendizaje diferente entre sexos.
El famoso Informe PISA, en su edición de 2018, argumenta que las diferencias entre sexos en el rendimiento escolar pueden en parte estar relacionadas con diferencias en cómo socializan, tanto en casa como en el centro educativo. Chicas y chicos tienen modelos de socialización distintos, que condicionan incluso sus actitudes y su vida personal. Según el Informe PISA, incluso el tipo de actividades del alumnado en su tiempo libre podría condicionar su aprendizaje.
Dado que los diferentes modelos de socialización influyen de forma clara en las actitudes y comportamientos adolescentes, coincidimos con la comunidad de expertos en los beneficios a corto y medio plazo de concienciar a edades tempranas en materia de igualdad de género. Y hacerlo mediante estrategias que les permitan un aprendizaje en comunidad que resulte significativo. Por ello, la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible ha realizado un estudio específico para evaluar el grado de conocimiento sobre igualdad y los condicionantes de la violencia de género en estudiantes de ESO y Bachillerato catalanes. También se realizaron 10 talleres educativos para adolescentes para concienciar y enseñar pautas de actuación ante situaciones de violencia de género.
Estas actividades surgen del apoyo de la Generalitat de Catalunya, a través del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies. Se trata de una iniciativa de prevención de la violencia machista exitosa, que se desarrolla, además de en Cataluña, en Galicia y en la Comunidad Autónoma de Madrid, con apoyo de otras Administraciones Públicas o patrocinio. De esta forma, la Fundación Matrix contribuye a una de las medidas previstas en el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género para impulsar políticas de erradicación de la violencia sobre la mujer.
Alrededor de 600 alumnas y alumnos de cinco centros educativos, la mayoría entre 14 y 17 años, de diversos municipios del Camp de Tarragona (Reus, Valls, Salou, Els Pallaresos y La Selva del Camp) participaron en este estudio orientado a conocer sus opiniones sobre la igualdad de género y evaluar el impacto de talleres de prevención de la violencia de género. Estos municipios forman parte de partidos judiciales con una situación crítica o grave, según el Barómetro de la Violencia Machista de Cataluña 2019 y con unas tasas de esta violencia entre el 6‰ y el 9‰.
Para conocer la opinión del alumnado y evaluar la efectividad de los talleres se realizaron encuestas antes y después de los mismos. Los resultados indican que las chicas son ‘mejores’ que los chicos en algunos atributos relevantes: sobresalen en determinados conocimientos, actitudes, capacidades, comportamientos y grado de aprendizaje sobre la violencia machista. Estos resultados no evidencian cuál es la causa, biológica o sociocultural, simplemente revelan tendencias. Exponemos a continuación de forma resumida 14 resultados de una evaluación rigurosa que revela, o cuestiona tópicos sobre diferencias entre sexos.
1. Las chicas conocen mejor la desigualdad de género existente en nuestra sociedad. Perciben menos seguridad en la calle, más brecha salarial, un reparto poco equilibrado de las tareas en el hogar y cuidados familiares, y menos posibilidades de acceso al empleo y ascenso en el trabajo. Este conocimiento de las chicas es muy superior al de los chicos, alrededor de 10-30 puntos porcentuales más. Sólo un 0,7% del alumnado femenino considera que no existe desigualdad, frente a un 9% de los chicos.
No obstante, persiste una proporción del alumnado relevante que no identifica la desigualdad existente en nuestra sociedad (entre el 20% y el 70% de los chicos y entre el 10% y el 50% de las chicas, aproximadamente). La diferencia entre sexos existe a todas las edades. A medida que aumenta la edad de los chicos disminuye la percepción de desigualdad en salarios, ascenso en el trabajo o realización de tareas del hogar, lo que ocurre en menor medida o no sucede en las chicas.
2. Las chicas tienen una mayor ruptura con los estereotipos de género que los chicos. Los estereotipos y roles de género son ideas preconcebidas, adquiridas desde la infancia o conceptos presentes en el imaginario colectivo originados por construcciones sociales que clasifican los atributos de una persona según su sexo. Así, el grado de ruptura con los estereotipos y roles de género según el presente estudio, es superior en las chicas que en los chicos. Las chicas presentan una mayor ruptura con los estereotipos, especialmente con los cuatro siguientes: las chicas tienen una mayor capacidad de cuidar, dar afecto y comprender y los chicos poseen una mayor capacidad de decisión, son menos cariñosos y son mejores en el deporte; un chico es más atractivo si muestra seguridad, agresividad, sociabilidad y valentía; los chicos son más impulsivos y menos sensibles que las chicas; y una chica es más atractiva si muestra ternura, empatía y cuida a los demás. En general, las diferencias entre sexos no dependen de la edad, aunque en algunos estereotipos desaparecen a los 17 o más años.
3. Las chicas y los chicos siguen los roles del modelo afectivo del amor romántico. El comportamiento adolescente en las relaciones afectivo-sexuales asociado al ideal de amor romántico es tóxico para el desarrollo de las relaciones interpersonales. En este estudio, se expusieron frases usadas en las redes sociales que representan tópicos o mitos del amor romántico. Los mitos de la complementariedad (“no sé que sería de mí si te pierdo”) y de la omnipotencia del amor (“cuando el amor no es locura, no es amor”) son más frecuentes en los chicos que en las chicas. No hay diferencias entre sexos en los mitos del amor como posesión y exclusividad ni en la justificación de los celos como señal de amor. Sin embargo, hay algunos mitos más predominantes en las chicas que en los chicos: el de totalización del amor o de la entrega total, el mito de la normalización del conflicto y el mito de la media naranja, que son precisamente tres roles adjudicados a las mujeres en el modelo de amor romántico. Se hace más presente la mayor prevalencia de estos tres mitos en las chicas de 16 años o más que en los chicos de esa misma edad. La normalización de la existencia de celos en la pareja, o complacer a ésta aunque no guste hacerlo, son comportamientos asumidos por el 60% del alumnado, sin diferencias relevantes entre sexos. Ponerse la ropa que le gusta sólo a su pareja y considerar que las amistades son menos importantes con novio/a, es compartido por alrededor del 45% del alumnado, sin diferencias destacables entre sexos.
Sin embargo, existe un comportamiento tóxico más normalizado en las chicas que en los chicos, aunque con diferencias pequeñas, basado en el modelo de amor romántico. Así, las chicas aceptan en mayor medida como algo normal que los chicos mantengan constantes discusiones (cinco puntos porcentuales más que ellos), o que tengan acceso a las contraseñas y el móvil de la pareja (10 puntos porcentuales más que ellos). La edad puede ser relevante en algunos casos. A una edad de 17 años o más, las chicas normalizan mucho más que los chicos el hecho de ponerse la ropa que le gusta a su pareja (20 puntos porcentuales más que los chicos), y mantener constantes discusiones (15 puntos porcentuales más).
Esta naturalización de comportamientos no saludables para las relaciones de pareja, a veces desigual entre sexos, puede estar relacionado con la manera en que identifican los adolescentes la violencia de género o cómo reaccionan ante la misma.
4. Las chicas han vivido en su entorno en algunos casos situaciones de violencia de género en una mayor proporción que los chicos. La diferencia, no obstante, es pequeña (Figura 1) y, en general, el alumnado las ha vivido o percibido en una baja proporción. Así, por ejemplo, las chicas han vivido más situaciones de violencia psicológica (menospreciar y denigrar, quitar libertad a la pareja prohibiendo actividades, amenazas e insultos) y violencia física (golpear o castigar físicamente). Para otras formas de violencia machista apenas hay diferencias y, además, son más desconocidas por el alumnado. Con la edad, aumenta la proporción de experiencias de violencia vividas o su identificación.
5. Las chicas reconocen mejor la violencia de género en las relaciones de pareja que los chicos (Figura 2). El alumnado reconoce seis formas de violencia de género en una alta proporción (entre el 85% y el 95%), pero las chicas con una frecuencia ligeramente mayor que ellos (de 4 a 10 puntos porcentuales más). En general, no existe una variación significativa con la edad pero se detecta un cambio importante a los 17 años o más en las chicas, que reconocen ligeramente menos que los chicos seis de las siete formas de violencia consideradas.
6. Las chicas conocen mejor los riesgos de violencia de género en las relaciones de pareja que los chicos. El alumnado desconoce las situaciones de riesgo y sólo entre el 30% y el 50% identifica claramente que la nacionalidad, el carácter rural o urbano, o la situación económica pueden ser factores potenciales que determinen la violencia machista en las relaciones afectivo-sexuales. Otros factores considerados, como el nivel de estudios o la edad de riesgo, presentan porcentajes entre el 15% y el 30%. Pero las chicas identifican con una frecuencia ligeramente mayor que los chicos estos riesgos, y de forma más marcada a los 17 años y más. Sólo un 20% del alumnado femenino desconoce estos riesgos, frente a un 30% de los chicos.
7. Las chicas identifican mejor la violencia de género psicológica que los chicos. El alumnado en su mayoría identifica correctamente los mecanismos de violencia de género que se desarrollan durante la representación del taller. Las chicas reconocen mejor la violencia psicológica que los chicos con independencia de la edad (ellas un 99% frente a un 93% de ellos), lo cual es relevante porque se trata de una forma de violencia más sutil. Sin embargo, curiosamente, las chicas reconocen menos la violencia física que los chicos (ellas 17% frente a un 26% de ellos).
Con la edad, la violencia física se identifica en mayor medida por las alumnas y alumnos, pero a los 17 o más años, esta identificación se reduce de forma brusca en ellas. Por el contrario, a esta edad las chicas reconocen mejor la violencia psicológica que los chicos (alrededor de 10 puntos porcentuales más).
8. Las chicas comprenden mejor que los chicos los factores culturales que influyen en la perpetuación de la violencia de género. La supuesta superioridad del hombre sobre la mujer se considera un factor influyente por el 90% de ellas frente al 71% de ellos. El aprendizaje de estereotipos de sexo y la transmisión de roles diferenciados entre hombres y mujeres se percibe como importante en alrededor de 15 puntos porcentuales más en ellas que en ellos. Las diferencias entre sexos, en general, son independientes de la edad. Únicamente a los 17 años o más se reduce el reconocimiento alrededor de 20 puntos porcentuales y, además, desaparece esta diferencia entre sexos en el caso del aprendizaje de estereotipos.
9. Las chicas reconocen igual o mejor que los chicos las formas de violencia de género en las relaciones de pareja. En general, el alumnado reconoce mayoritariamente diferentes manifestaciones de la violencia de género en alguna de sus formas (psicológica, física y sexual). Entre el 90% y el 100% del alumnado identifica las formas violencia psicológica (descalificar/menospreciar), sexual (obligar a prácticas sexuales) y física (amenazar, golpear o similar). Entre el 70% y el 75% identifica la violencia psicológica verbal, la asociada al control y a la vigilancia. La menos reconocida como violencia de género es una de tipo psicológico, mostrar celos (entre el 40% y el 55%). Las chicas identifican más que los chicos las formas de violencia de género relacionadas con tener celos, la violencia psicológica verbal, la privación de libertad y el control de las relaciones reales (entre 5 y 10 puntos porcentuales más que ellos).
No existen, en general, diferencias en el reconocimiento de los distintos tipos de violencia de género según la edad. La única excepción destacable es a los 17 años y más, grupo de edad en que la violencia psicológica (control de relaciones reales y redes sociales y menospreciar), sexual y física se reconoce aún menos en los chicos y algo más en las chicas (concretamente con una diferencia de alrededor de 10 a 20 puntos porcentuales).
10. Las chicas reconocen mejor que los chicos las características de las relaciones de pareja saludables. El alumnado tras el taller otorga una alta valoración a la confianza, el respeto mutuo, decir lo que molesta o agrada sin dañar a la pareja, o la independencia, entre otras. Las chicas puntúan ligeramente más que los chicos las nueve características consideradas.
11. Las chicas reaccionan mejor que los chicos ante la violencia de género. Tras el taller, entre el 81% y el 96% del alumnado reacciona de una forma apropiada ante la hipótesis de presenciar una agresión a una chica, mostrando su apoyo, comentando la situación a un/a profesional próximo del centro educativo, aconsejando que deje a su pareja, o mostrando empatía sin juzgar, entre otras. Las chicas presentan siempre más reacción que los chicos en las opciones consideradas en el estudio (entre 6 y 11 puntos porcentuales más).
12. Las chicas aprenden o identifican mejor las formas de violencia de género. El impacto educativo del taller de teatro foro sobre conocimientos, actitudes y comportamientos tóxicos en el desarrollo de las relaciones de pareja (Figura 3) es coincidente con el observado en otro estudio en Galicia. Se aprecia un incremento significativo en el alumnado que rechaza los celos, una actitud inadecuada en una relación interpersonal y uno de los factores de riesgo de violencia de género presente en alrededor del 35% del alumnado antes del taller. Tras el taller, el rechazo de los celos aumenta de forma notable, 51 y 38 puntos porcentuales en chicas y chicos, respectivamente. El taller también produce un aumento discreto pero significativo de la identificación de la violencia física y psicológica en las relaciones de pareja, siendo ligeramente mayor en las chicas.
13. Las chicas tienen más claro que la violencia de género es un problema social sobre el que hay que intervenir. El alumnado después del taller opta mayoritariamente por promover la igualdad en todos los ámbitos de la sociedad (80-94%), o educar y sensibilizar sobre la igualdad de género (85-94%). Opciones también valoradas con una alta frecuencia son endurecer las penas a los maltratadores (62-72%), educar al maltratador (70-75%) y fomentar la denuncia (68-72%). La eficacia del taller la demuestra el hecho de que son minoritarias las opciones que consideran que la violencia machista es un problema privado que se debería resolver en el ámbito de la pareja (10-30%), o que no existan soluciones concretas y sea algo inevitable (11-24%). Las chicas en todos los casos en que consideran la violencia de género como un problema social sobre el que hay que actuar, eligen esta opción entre cuatro y ocho puntos porcentuales más que los chicos.
14. Las chicas valoran más el aprendizaje del taller de prevención de la violencia de género. El 65% de los chicos y el 85% de las chicas indican que ha sido útil para identificar prácticas de abuso psicológico y violencia física. El 60% de los chicos y el 75% de las chicas indican que han aprendido herramientas con las que reaccionar ante una situación de violencia de género. El 65% de los chicos y el 75% de las chicas valoran que ha sido útil para identificar cómo ciertos factores socio-culturales (roles, estereotipos, diferencias entre sexos) influyen sobre la violencia de género. El 47% de los chicos y el 50% de las chicas valoran su utilidad para el desarrollo de relaciones saludables.
Los resultados y las diferencias detectadas son coherentes con algunos estudios que explican que el modo de socialización de las chicas desde su infancia puede conferirles actitudes y aptitudes inconscientes que quizá subyacen a la realidad estadística observada.
La evaluación satisfactoria del alumnado es coherente con la alta valoración global del profesorado de los centros donde se desarrollaron los talleres, coincidente con la observada en otro estudio independiente. Entre el 90% y el 99% del profesorado otorga una alta valoración a la relevancia pedagógica del fomento de la igualdad, a su claridad de exposición, a la importancia de este tipo de talleres, a la capacidad del taller para motivar al alumnado, al dominio técnico de la actriz y el actor –organizativo y de ejecución–, así como a la relevancia de incorporar al currículo educativo propuestas pedagógicas de fomento de la igualdad de género y de prevención de la violencia de género en la adolescencia. El 80% del profesorado otorga alta valoración a la consecución de los objetivos del taller y el 95% considera satisfactoria dicha actividad.
El déficit de conocimiento de la desigualdad, las diferencias entre sexos existentes en la identificación de la violencia de género, la influencia de la edad en el reconocimiento, y en síntesis el positivo impacto del taller son resultados que merecen reflexión y atención operativa.
Los resultados son de alto interés para el Institut Català de les Dones, la Generalitat de Catalunya (Departament d’Educació y Departament de Treball, Afers Socials i Famílies), y las entidades locales y centros educativos de Cataluña. Concienciar a la sociedad sobre la desigualdad y conocer los condicionantes de la violencia machista son medidas previstas en el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género para impulsar políticas para la erradicación de la violencia sobre la mujer.
Maria Bravo Font. Periodista y especialista en teatro social. Delegada de la Fundación Matrix en Catalunya.
Dr. Enrique Ruiz Labrador. Geógrafo. Experto Análisis Espacial y Responsable de I+D Geoespacial de la Fundación Matrix.
Dr. Javier Montalvo. Profesor de Ecología de la Universidad de Vigo y Director de la Fundación Matrix.
igualtat.catalunya@fundacionmatrix.es
Artículo divulgativo de resultados del Programa ‘Talleres preventivos de la violencia machista para adolescentes y jóvenes’, actividad educativa subvencionada por el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya, realizada por la Fundación Matrix.
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